jueves, 22 de septiembre de 2022

dejarse en paz

“En realidad, uno solo medita si deja de intentar meditar, si se libera del imperativo de tener que conseguir algo, de realizar algo, de responder a un objetivo; y, por lo tanto, de estar angustiado por el fracaso. En mi vida, sí, a veces estoy crispado; ordenarme entonces que me relaje es la mejor manera de crisparme todavía más. […] Sin embargo, sé por experiencia que cuando me contento con comprobar que estoy crispado y me autorizo secretamente a seguir estándolo, cuando me dejo en paz con mi crispación, curiosamente acabo en general por relajarme enseguida. Es este gesto, a la vez tan simple y tan complicado, el hecho de atreverte a dejarte en paz, la audacia de dejarte en paz, lo que yo llamo meditación” 


“[…] Por primera vez, no tenía que conseguir nada: me bastaba con estar, con volver a mi presencia corporal, a mi respiración, a mis sensaciones, a mis percepciones, a lo que me rodea. Por fin me sentí en casa, y empecé a frecuentar regularmente aquel grupo. A veces ponía mucha intensidad en mi práctica, pese a que esencialmente me pedían que me relajase. Conocí sesiones en las que tuve miedo de fracasar, de perderme algo, pero no había nada que perderse, aunque yo aún no me percataba del todo. Me costaba creerlo. Conocí momentos en que me preocupó ser juzgado, cuando no había nadie para juzgarme, y en esos momentos me sentí decepcionado, perdido. Intentaba hasta tal punto concentrarme para «hacerlo bien» que apenas lograba respirar. Aún no sabía que no hay que hacer nada. Me habría gustado que me dijeran «Déjate en paz», pero yo no estaba seguro de haberlo entendido. Así que volvía a los mecanismos habituales que uno aplica en el día a día para llevar a cabo una tarea […]” 


“He necesitado tiempo y he tenido que andar a tientas para admitir por fin que meditar es simplemente dejarse en paz. Y que dejarse en paz, esa regla de oro de la meditación, debería ser el leitmotiv de toda nuestra existencia” 


“Meditar, en el fondo, es simplemente le hecho de estar. El hecho de parar, de concederse una pausa, de dejar de correr para estar en uno mismo, para anclarse en el propio cuerpo. Es una escuela de vida. Estar no implica ningún conocimiento especial. Meditar en el sentido en que yo lo entiendo y lo practico, tampoco. […] Las mejores meditaciones son las de los principiantes, pues los expertos tienen tendencia a perderse en las complicaciones… Meditar es seguir siendo un principiante, abierto y curioso. No haces nada y, sin embargo, ocurren muchísimas cosas.” 


Fabrice Midal:  Déjate en paz y empieza a vivir (Ed. Paidós)