martes, 19 de mayo de 2009

quietud ***

*** por Francisco Bengochea

Si queremos liberarnos del malestar, debemos eliminar las causas que lo provocan. Entre estas causas, la más frecuente es la tensión interna. La tensión se genera a lo largo de toda la vida y por diferentes motivos, a causa de las diferentes situaciones estresantes. Nos ponemos en tensión a causa del miedo, por el enfado, por el aburrimiento, por las frustraciones, etc. Normalmente olvidamos estas situaciones descansando y atendiendo otros asuntos, pero la tensión que no se descarga se va acumulando y generando estrés a largo plazo. Es por tanto esencial para el bienestar aprender la forma de aliviar la tensión, de provocar una relajación a largo plazo.

La tensión de la que hablamos es, por un lado, psicológica, porque afecta a la mente y a todas sus funciones. Es también física porque se produce por reacciones fisiológicas; es, por tanto, un fenómeno físico y se rige por leyes físicas. En física, la tensión es algo que para mantenerse necesita de una fuerza que intervenga en ella; si esa fuerza desaparece, la tensión tiende por su propia naturaleza a disiparse. En el caso que nos ocupa, la tensión fisiológica es mantenida por la propia mente. Lo habitual es que estemos permanentemente en tensión porque no hemos aprendido a relajarnos, y cuando lo intentamos, el esfuerzo que ponemos en ello genera aún más tensión.

La técnica para disolver la tensión pasa por no hacer nada. No podemos aplicar una fuerza para relajar un cuerpo tenso, lo único que podemos hacer es eliminar el esfuerzo y dejar que el cuerpo se relaje por sí solo. La fuerza que debemos eliminar es la que empleamos habitualmente para retener la tensión, es decir, la distracción permanente. Si nos quedamos quietos un momento sin hacer nada, la tensión empieza por sí sola a disolverse; el problema es que no estamos acostumbrados a esa sensación, y hacemos todo lo posible por evitarla, tenemos miedo de ella. La cuestión está en acostumbrarse a ello y aprender a disfrutar del alivio profundo que produce la distensión.