martes, 20 de octubre de 2009

limitarse a observar

“Las causas del estrés parecen ser múltiples. Podemos echarle la culpa a la mala salud, las condiciones de trabajo o de vida, las dificultades en las relaciones personales, nuestra crianza o nuestro antinatural estilo de vida moderna, pero hay una causa más fundamental. Está en nuestra forma de reaccionar.”

“La fuente de casi todas las tensiones está en una emoción bloqueada o congelada. […] Bloquear una emoción es una estrategia a corto plazo buena y necesaria. Todos lo hacemos desde que nacemos, y posiblemente antes. Pero la emoción no desaparece, sino que queda soterrada. Siempre está tratando de salir a la superficie, aunque tenga décadas. Si no puede salir como emoción, puede hacer erupción como una enfermedad corporal.”

“Con la meditación observamos la calidad de nuestra mente. Es como analizar el agua: puede parecer pura, pero un examen más detallado puede mostrar que contiene bacterias malsanas. Muchas personas que tratan de ser buenas se ven consumidas por las mismas emociones que intentan evitar. Del mismo modo que algunas personas del tercer mundo pueden sobrevivir con agua contaminada, nosotros podemos seguir adelante con mentes contaminadas, pero nuestra calidad de vida y nuestra salud pueden ser terribles.”

“La meditación nos enseña tolerancia. Al principio, aprendemos a soportar el perro que ladra, la espalda dolorida, los agravios en el trabajo. El dolor puede seguir presente, pero ya no nos rasgamos las vestiduras. Gradualmente esta aceptación se extiende a cosas más grandes. Puede ser bastante sorprendente descubrir que usted ya no se molesta o se enfada como antes. A éstas se les llama «no-señales» de logros. Es como si parte de su identidad se fuera cayendo.”

“Las grandes liberaciones a menudo se basan en miles de pequeños cambios, tanto en el cuerpo como en la mente. Se trata de cambios que pueden ser bastante inesperados. Una emoción bloqueada puede salir a la superficie como extrañas sensaciones corporales.”

Cuando estamos tranquilos, la mente comienza a sacar la basura. Es como cuando el cuerpo elimina toxinas y los síntomas son similares. Tenemos sensaciones desagradables, sin motivo aparente, que pueden tomarse como olas de incomodidad: picazón, náusea, debilidad, palpitaciones, temblores, dolores agudos, agitación, hinchazón, desequilibrio, inquietud, etc. Aunque son sensaciones bastante suaves, son difíciles de soportar estando sentado. Generalmente son emociones no reconocidas que salen a la superficie en el plano físico. Quien las sufre piensa que algo va mal con su meditación y se detiene, pero es un error. En realidad, la meditación está dando sus frutos.”

“El reto es limitarse a observar. Una sensación provocada por un cambio emocional es diferente de una que sea puramente «física». Se parece más a un recuerdo intenso que resuena por todo el cuerpo. No es como un dolor de espalda a causa de una mala postura, por ejemplo, sino que aparece y desaparece en un relámpago. Puede parecer puramente física, pero a menudo va acompañada de una desagradable emoción. Si podemos mantenernos abiertos a la sensación, el poder que tiene sobre nosotros se rompe, queda liberado y nosotros nos libramos de él. Puede volver, pero con menos fuerza. A medida que estos momentos pasan, puede haber destellos de alegría y alivio, como cuando nos quitamos una espina.”

Paradójicamente, la completa absorción sólo sucede cuando «usted» deja de intentar alcanzarla. […] La absorción tiene lugar cuando «usted» se desvanece dentro del objeto. Si usted permanece allí, sucede algo extraño: el objeto también se desvanece. Simplemente hay espacio infinito. […] Sólo existe la observación, como un espejo que refleja el cielo. Usted es como un gato delante de la ratonera, intensamente alerta. Pero incluso el gato ha desaparecido. Usted ha entrado en la vibración de fondo de la pura conciencia.”

“La meditación, como herramienta para tener conciencia de uno mismo, le ayudará a ver lo que sus patrones de pensamiento le están haciendo, y a su vez, esto le puede dar el ímpetu y el valor para cambiar. Desde el primer momento en que nos sentamos a meditar, incrementamos los estados mentales positivos. Cada vez que nos relajamos, nuestros temores, deseos y enfados disminuyen.”

Eric Harrison: Aprenda a meditar (Ed. Amat)


 













Foto por Francisco Bengochea