“[...] Durante el encuentro que se
produce en tu meditación, busca un rincón de tu mente que no esté atrapado en
las reacciones que brotan del encuentro. Usa esta calmada posición estratégica
para observar, tan desapasionadamente como puedas,
lo que está ocurriendo. [Algunos profesores] comparan este rincón de la
mente con un espía en época de guerra. (Algunas tradiciones budistas lo llaman
el testigo,
el observador, o simplemente la consciencia atenta.) El espía no está implicado
en el conflicto; permanece a un lado, sin hacerse notar, y sencillamente observa lo que está ocurriendo en el
campo de batalla. Puedes sorprenderte al descubrir que tienes la capacidad de
observar lo que está ocurriéndote sin quedar
atrapado en la acción, pero así es. Y cuanto más uses esta capacidad,
más fuerte te vuelves: como un músculo.”
“Experimentar la naturaleza insustancial
y fugaz de tus sentimientos evitará que te los tomes tan a pecho como lo hacías
antes. Este simple reconocimiento aliviará
en buena medida la dificultad de tu relación.”
“Hay que hacer hincapié, al menos como punto
inicial, en no dejarte llevar por tus típicas reacciones. En vez de ello,
debes sentarte
y "no hacer nada" (es decir,
no reaccionar) .
Cuando estás atento, simplemente estás prestando "atención desnuda" a cualquier
cosa que experimentes en ese mismo instante (pensamientos, sentimientos,
sensaciones, imágenes, fantasías fugaces, estados de ánimo pasajeros) sin ningún tipo de juicio, interpretación o análisis.”
“La mayor parte del tiempo
te lo pasas comentando tu experiencia: "No me gusta lo que estoy
oyendo", "ojalá hubiera actuado de forma diferente", "debo
de ser una persona horrible para tener pensamientos tan negativos". Pero
la meditación de atención te invita a aceptar tu
experiencia justamente como es, y si te resistes, juzgas o le añades
significado a tu experiencia, también puedes prestar atención consciente a
eso.”
“Los practicantes principiantes de la
meditación de atención generalmente empiezan por prestar atención al vaivén de
su respiración [...]. Con el tiempo expandes gradualmente tu consciencia,
primero a tus sensaciones físicas, después a tus sentimientos y, finalmente, al
contenido de tu mente. Luego puedes llegar a "sentarte simplemente", lo que se conoce también como la consciencia sin
elección, en la que tu mente está abierta y expansiva y acepta cualquier cosa
que surja, sin seleccionar ciertas experiencias para centrarse en ellas.”
“Después de que te conviertas en todo un
experto en la atención consciente y alcances cierta comprensión de cómo son las
cosas, puedes practicar el enfoque conocido como "sólo
sentarse" (en el Zen) o como "descansar
en la naturaleza de la mente" (en la tradición Vajrayana).
Paradójicamente, esta técnica supone la ausencia de toda técnica y de cualquier tipo de
manipulación de la mente. Los tibetanos utilizan términos como no
mediación y no planeación. Es de hecho una técnica avanzada, reservada
generalmente a los meditadores experimentados, pero algunos maestros en
Occidente la enseñan al principio, y muchos
occidentales con cierta complejidad espiritual se muestran ansiosos por
aprenderla.”
Jonathan Landaw y Stephan Bodian: Budismo
para dummies (Ed. Ceac)