“Aflorarán sentimientos de autocomplacencia o autocompasión,
o cualquier otro tipo de emoción, que intentará arrastrarnos. Pero no, esta vez
no. En esta ocasión sólo vamos a tomar consciencia
de eso que está ahí, sea lo que sea, y manteniendo la concentración en
la distante observación vamos a permitir que su fuerza se diluya, y con
ella el poder que pueda ejercer sobre nosotros. Así una y otra vez.
Veremos cómo en cada nueva ocasión su impulso estará más y más debilitado, hasta que, finalmente, termine diluyéndose para siempre.”
martes, 14 de abril de 2015
observar sin reaccionar 2
“Observar sin reaccionar: he ahí el secreto. Durante el
tiempo que dure cada práctica meditativa permitiremos
que salga a la superficie del lago
de nuestra consciencia todo lo que durante el transcurso de nuestra existencia
ha sido almacenado y archivado en nuestro subconsciente. Todo lo que ha
sido reprimido, todo lo que nos hace experimentar sufrimiento, deseo, miedo,
ira, placer, temor… etc. Vamos a dejar que todo esto, y mucho más, aflore a
nuestra consciencia. Pero, en esta ocasión, y durante el tiempo que dure la
práctica, no vamos a permitir que nos arrastre,
tal y como en anteriores ocasiones ha sucedido.”
“Podremos ver de qué manera nuestra máquina luchará por
continuar con los viejos hábitos y patrones de comportamiento largamente
adquiridos a través de toda nuestra existencia. Pero, si somos capaces de observar sin
reaccionar, la causa de nuestro
sufrimiento se va a ver diluida ante nuestra observación desapasionada,
erradicando así su atadura de nuestra vida. De este modo, pensamientos,
emociones, sensaciones, recuerdos, proyectos, etc. que antes tenían un inmenso
poder sobre nosotros quedarán neutralizados
ante la luz de la consciencia, recuperando nuestra genuina soberanía.”