domingo, 27 de febrero de 2011

creatividad

La meditación es tu experiencia personal realizada en el laboratorio de tu propia mente y cuerpo. Tu práctica estará inspirada por profesores y guiada por las prácticas de maestros. Pero, al final, la forma en que practicas será únicamente tuya.”

“Cuando inicias una práctica meditativa necesitas la estructura y dirección de un protocolo establecido. Seguir una técnica básica te ayudará a establecer la disciplina, y a acomodar el cuerpo y centrar la mente. Pero luego las cosas cambian. Te ves envuelto en la corriente meditativa, en el flujo que interioriza la mente.”

“Te das cuenta de que la meditación es en realidad un estado natural y que surgirá por sí mismo si le das tiempo. Y descubres algunos de sus beneficios. La meditación te ayuda a mantener la calma en momentos de crisis, a encontrar soluciones creativas a problemas presentes. Descubres que tu meditación ha sido buena o tranquila, que el resto del día es más sencillo o que te sientes más fuerte.”

“Al mismo tiempo, empiezan a surgir cuestiones sutiles. Quizás en tu interior se levanten muros y te preguntes cómo saltarlos. Quizás compruebes que tu práctica se ha vuelto algo rutinaria y quieras hacerla más interesante. Quizás te sientas bloqueado. Así que empiezas a jugar un poco para experimentar, para ser más creativo, y es importante que lo hagas. De lo contrario, lo más probable es que tu práctica se estanque.”

“Tienes que encontrar el equilibrio entre estructura y libertad. Tienes que trabajar con unas directrices posturales, concentración, conciencia respiratoria, autoanálisis. Pero también debes saber cuándo no hacer caso a las reglas. Y esto requiere apertura, creatividad y capacidad de discernimiento.”

Sally Kempton:  Carta a un nuevo meditante  (Revista Yoga Journal nº 42)