jueves, 3 de julio de 2008

zazen

"Aunque en el tema físico haya diferentes enfoques, en la aproximación doctrinal al zazen las diferencias casi no existen. Se requiere una atención constante pero tranquila por parte del practicante. El pensamiento se libera, ni piensa ni deja de pensar. Se deja pasar. No adhiere ni rechaza, como si las ráfagas mentales fueran nubes que atraviesan el cielo sin dejar rastro. Esta tranquila y atenta contemplación llevará al seguidor a descubrir su naturaleza búdica "tal como cuando dejamos de remover el agua de un estanque podemos al fin ver el fondo".En japonés a esta acción de sentarse se le llama shikantaza que, junto al mushotoku o ausencia de intención, conforman así una disposición en la práctica budista en donde se implica por sí misma la existencia de la "iluminación" ahora mismo; es decir en la comprensión de esa misma disposición. Es decir, es una enseñanza en donde el simple hecho de sentarse es ya un acto de armonía plena, de convertirse en Buda."
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"Para sentarse en zazen no se debe tener ningún objetivo particular, ni siquiera el de llegar a ser una persona iluminada, un Buda. En este sentido la práctica del zazen no es una simple meditación, un instrumento para obtener el despertar, sino que es, en sí misma, el despertar. Este modo de sentarse en zazen recibe el nombre de shikantaza: sentarse-sin-hacer-nada. Paradójicamente, para sentarse-sin-hacer-nada debemos sentarnos con gran energía. El zazen-shikantaza que enseñan los maestros zen, es la verdadera forma del yo, su autenticidad. Fuera de él no hay naturaleza del yo, ningún ego, ningún Buda. La postura misma es la iluminación, la realización última del zen: no hay nada más que buscar."
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"El simple hecho de sentarse sin reservas, totalmente, en zazen, es comprender y aceptar nuestra naturaleza real. Esta naturaleza nuestra real, o naturaleza original del yo, es común a todos los seres y recibe el nombre de Naturaleza de Buda. Es imposible aceptar esta naturaleza con la sola mente: hay que aceptarla con el cuerpo y con la mente unidos —aceptarla, digerirla, asimilarla, y finalmente «evacuarla». No debe quedar nada, sólo el simple zazen en sí. Por eso se da tanto valor a la práctica del zazen, con todo el cuerpo y toda la mente concentrados en la postura. Simplemente sentados, gustando quietamente el silencio y la inmovilidad del zazen, podemos aceptar, digerir, asimilar y finalmente abandonar cualquier cosa."
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Asociación Italiana Zen Soto: Curso de meditación Zen (Ed. de Vecchi)